15 de febrero de 2011

La cuenta atrás


Últimamente tengo la sensación de que vivimos en una sociedad cada vez más idiotizada en el sentido etimológico del término. Idiota es una palabra derivada del griego ἰδιώτης, idiōtēs, de ἴδιος, idios, (privado, uno mismo), que en sus orígenes se utilizaba para designar a un ciudadano que se preocupaba sólo de sí mismo, de sus intereses privados y particulares, sin prestar atención a los asuntos públicos y políticos. Esta actitud de alejamiento y despreocupación ante lo político que se da actualmente no es algo casual, sino que en mi opinión es algo dirigido y fomentado por nuestros dirigentes, que de esta manera pueden hacer y deshacer a su antojo, colocar a su gente y  llevárselo crudo

Para lograr esto resulta indispensable mantener narcotizada y desinformada a la población con el objetivo de que no sepa, ni tenga interés por saber, sobre asuntos relacionados con lo público, puesto que a los políticos les resultaría mucho más difícil aprovecharse de su cargo en una democracia formada por individuos implicados y preparados. Pero, ¿cómo se mantiene en la ignorancia a millones de personas sobre algo que les afecta directamente a todas ellas?. La verdad es que no es fácil y hace falta actuar simultáneamente en varios frentes, aunque con esfuerzo y tiempo se puede conseguir centrando las energías sobre todo en cuatro aspectos:

Primero. Como es una tarea compleja, hay que empezar a ablandar a los individuos desde pequeñitos. Para eso nada mejor que tener un sistema educativo lamentable resultado de numerosas y cambiantes leyes de educación: LOECE (1980), LODE (1985), LOGSE (1990), LOPEG (1995), LOCFP (2002), LOCE (2002) y LOE (2006). Aproximadamente una cada 5 ó 6 años, es decir más o menos una vez por legislatura se cambia o modifica la ley. ¿Cuál es el resultado?  Cada vez llegan más alumnos a la Universidad con dificultades para leer y escribir bien, no lo digo yo, lo dicen los profesores. Además, no hay más que ver el famoso Informe Pisa, que mide cómo manejan los chicos de 15 años de 65 países sus conocimientos en lectura, matemáticas y ciencias. Según este informe, un 20% de los alumnos españoles de quince años suspende en comprensión lectora. No entienden correctamente lo que leen y en consecuencia no son capaces de extraer conclusiones correctas y poder aplicar la información recibida a sus estudios o a la resolución de problemas. Otros datos curiosos son que en España el 36% de los alumnos de 15 años son repetidores, o que nuestros quinceañeros sacan peor nota que sus semejantes portugueses, polacos o griegos. A esto hay que añadir un vacio absoluto en la educación obligatoria sobre temas relacionados con el gobierno y administración de un país pero también importantísimos para el día a día de los ciudadanos como tener unos ciertos conocimientos sobre Economía (claro que entonces la gente podría no creerse cosas como esta, esta o esta) o sobre Derecho (aunque entonces podrían rebotarse cuando se les recortaran derechos o libertades garantizados por la Constitución, por ejemplo.).

Segundo. Se ideologiza todo hasta tal punto que se hace imposible el debate. ¿Alguien recuerda algún debate político constructivo manejando ideas y argumentos para llegar a la mejor solución para los ciudadanos? Se sustituyen los razonamientos y pruebas por consignas ideológicas, lo principal es llevar la contraria al enemigo político, da igual quien tenga razón o la propuesta más sensata. Hay que crispar e insultar y evitar dar ideas y argumentos no vaya a ser que la gente se forme una opinión independiente y fundamentada.

Tercero. Este punto está relacionado con el anterior. Es fundamental el control de los medios de comunicación, hay que tener periódicos y cadenas de radio y televisión para hacerse la correspondiente propaganda y ya de paso suministrar las dosis del cloroformo correspondiente a la población preferentemente en forma de píldoras de telebasura. ¿Cuántos medios de comunicación habéis visto cerrar por la crisis? La verdad es que muy pocos teniendo en cuanta que casi todos ellos están perdiendo dinero. Hay que mantenerlos a flote como sea, inyectándoles el dinero que haga falta, como se está haciendo con las cadenas autonómicas.

Cuarto. Hay que aplicar siempre que sea posible uno de los Principios de la propaganda moderna, el de la vulgarización. Este concepto proviene de uno de los mejores propagandistas de todo el siglo XX. Se llamaba Goebbels y se le asume la autoría de los llamados 11 Principios de la Propaganda. En concreto, este de la vulgarización lo tomó de un amigo que tenía que se llamaba Adolf y que cuando estuvo en prisión escribió un librito llamado Mein Kampf del que transcribo un párrafo: 

¿A quién debe dirigirse la propaganda? ¿A los intelectuales o a la masa menos instruida? ¡Debe dirigirse siempre y únicamente a la masa! (...) La tarea de la propaganda no consiste en instruir científicamente al individuo aislado, sino en atraer la atención de las masas sobre hechos y necesidades. (…) Toda propaganda debe ser popular, y situar su nivel en el límite de las facultades de asimilación del más corto de alcances de entre aquellos a quienes se dirige. (…) La facultad de asimilación de la masa es muy restringida, su entendimiento limitado; por el contrario, su falta de memoria es muy grande. Por lo tanto, toda propaganda eficaz debe limitarse a algunos puntos fuertes poco numerosos, e imponerlos a fuerza de fórmulas repetidas, por tanto tiempo como sea necesario, para que el último de los oyentes sea también capaz de captar la idea.

En España este principio se lleva mucho, no hay más que ver que por el programa de Telecinco de La Noria (telecaca en estado puro) han pasado así, que recuerde, Pepe Blanco, Tomás Gómez, Artur Mas o Trinidad Jiménez a repetir una y otra vez sus consignas para que calen entre la masa. En esta línea tampoco tienen desperdicio las declaraciones de Esperanza Aguirre diciendo que Sálvame es un programa más importante que los telediarios.

Personalmente creo que para acabar con este tinglado lo que realmente hace falta es una mayoría de ciudadanos informados, independientes y capaces de pensar y argumentar por si mismos que pongan fin a esta situación de populismo político que padecemos. Lo bueno es que gracias a Internet ya tenemos los medios para hacerlo. Tenemos toda la información que queramos con sólo un clic de ratón y medios como las redes sociales para organizarnos. Solo tenemos que ponernos manos a la obra. En el Norte de África ya empezado. Aquí lo que ya ha empezado es la cuenta atrás.

3 comentarios:

  1. muy buen artículo, enhorabuena

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  2. Da gusto leer algo tan coherente y cierto, sigo pensando que la clave es una educación de calidad empezando por un programa de educación consensuado y serio, y una mayor implicación de la familia a la hora de educar. La familia como institución, y su situación actual seria un buen tema a tratar, en cualquier caso, enhorabuena y animo .

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  3. Y confiamos en que no sea muy larga

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