9 de febrero de 2011

Nada será igual

Hoy 9 de febrero, si todo marcha según lo planeado, la ley Sinde será aprobada en el Senado. Pensaba escribir algo sobre ello. Sobre la indefensión que produce a todo aquel al que se le aplique. Sobre su inutilidad. Sobre su sinsentido. Pero no hay nada que no se haya dicho ya. Quien quiera información al respecto le remito al blog de Enrique Dans, donde ha tratado este tema magníficamente y en profundidad. Nos habría gustado que nuestros políticos hicieran una ley de propiedad intelectual acorde con los tiempos que corren. Pero no ha podido ser. El bajo perfil intelectual de una gran parte de ellos ha impedido que dieran una solución adecuada al problema existente. Habrá que esperar.

Sólo quiero añadir una cosa. Ayer vi al presidente de la editorial Planeta en la televisión defendiendo la citada ley. Y me recordó a la Ministra Sinde. O a cualquiera de los dirigentes o abogados de EGEDA o de la SGAE. Dinosaurios anclados en el pasado, incapaces de evolucionar, señalando el camino de su propia extinción. Con el único objetivo de mantener inmutable un pasado que les favorecía. Denostando internet porque les ha cambiado un sistema que controlaban, apartándolos de las cantidades ingentes de dinero que ganaban a costa del creador. Bien, es lógico que los fósiles de las sociedades de gestión piensen así. Pero el Gobierno debería legislar para todos. Y esto es lo que no hace. Por eso nos tiene en su contra.

No quieren entender. No se dan cuenta de que ya no queremos un CD o un DVD ni regalado. Y que esto no significa que se acabe con la cultura ni que los creadores dejen de ganar dinero por su trabajo. Continuaremos yendo a los conciertos y seguiremos llenando las salas de cine que proyecten buenas películas. Y con internet también han nacido empresas que saben de las nuevas demandas de la gente. Por eso son un éxito. El ejemplo más claro es itunes, la cual ha vendido más música que cualquier tienda en el mundo. También Spotify, que crece en Europa a gran velocidad a la vez que planifica su expansión a Estados Unidos. Allí triunfa Netflix ofreciendo una completa oferta de series y películas a un coste aceptado por la sociedad con la mayor normalidad. Porque ofrece lo que queremos consumir al precio que estamos dispuestos a pagar. Así de fácil.

La ley Sinde está obsoleta antes de ser aprobada. Podemos esperarnos lo peor aunque antes o después llegará esa ley sobre la propiedad intelectual que regule de una manera equitativa la nueva situación generada con internet. De momento nos queda el sabor amargo y la rabia contenida de unos políticos que se empeñan en vivir de espaldas a la sociedad, de los ciudadanos que los eligen y les pagan. Es algo a lo que, lamentablemente, ya nos hemos acostumbrado. Pero eso no significa que no nos importe. Creen que pueden mantener esta forma de actuar indefinidamente. Que también, como dice una canción de Barricada, mañana será igual. Pero no, en este caso nada será igual.

1 comentario:

  1. Interesante reflexión. Lo que mas me satura de la ley, es que se saltan al poder judicial y la presunción de inocencia.

    En otro orden de cosas, bonita iniciativa. Se va a marcadores. Ánimo!

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