15 de marzo de 2011

Elecciones en la España democrática: El triunfo de las mayorías

El sistema electoral actual está configurado para fomentar la creación de mayorías para un gobierno estable. Esto es fruto de las circunscripciones pequeñas sumadas a un reparto poco proporcional de los escaños. Así por ejemplo llegan a producirse situaciones como que la tercera fuerza política en número de votos quede relegada en cuanto al número de escaños, por el diferente “precio” que tienen estos escaños según para que partido político.

El sistema de asignar los escaños basado en las mayorías provinciales reduce la opción de representación de las minorías, puesto que los votantes de estas minorías no cuentan con una concentración geográfica. A esto se suma el problema del pequeño tamaño de las circunscripciones, reduciendo el número de representantes a elegir por circunscripción siendo por tanto menos proporcional el reparto. Por tanto los representantes acaban siendo de uno, dos o tres partidos, quedando los demás votos sin representación. Por tanto es muy difícil que los partidos minoritarios lleguen a tener representación, a no ser que su electorado este concentrado geográficamente. Por tanto lo que se fomenta es el regionalismo, grupos regionales que busquen ese voto concentrado en las circunscripciones y que miren más por causas regionales que nacionales. Lo que lleva a que haya una ausencia partidos nacionales fuertes que planteen una alternativa a las fuerzas políticas mayoritarias PSOE y PP.

Este sistema se puede ver como una medida de estabilidad para la Transición, para no tener un parlamento muy fragmentado y débil. Aunque por lo que vemos, este sistema fomenta el regionalismo y nacionalismo, por lo que como hemos visto los partidos mayoritarios muchas veces para gobernar han de pactar con partidos nacionalistas que son las siguientes fuerzas políticas, por lo que su gobierno se ve condicionado al apoyo y peticiones de estos partidos de corte regionalista y nacionalista. Digamos que los nacionalistas tienen la “llave” del gobierno.

Por otro lado se da el problema de una falta de representación fiel del electorado, se puede decir que existe un déficit en la democracia. Las elecciones son la única vía que tiene el ciudadano para participar en la vida política del país, y esta vía está absolutamente controlada por los partidos políticos mayoritarios, por tanto podemos llegar a preguntarnos si realmente poseemos la soberanía popular y qué tipo de democracia nos están vendiendo. Por tanto habría que buscar otro sistema electoral y realizar las modificaciones necesarias para acercarnos más a una democracia plena en la que la soberanía popular esté representada en el gobierno.

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